Fe Ciega

AlbumCovers-BlindFaith(1969)

Primer Acto

En una habitación amplia y luminosa de un hospital, se encontraba Sergio tendido en una cama. Su cabeza estaba cubierta por vendajes que dejaban entrever algunas manchas de sangre. Sergio miraba aturdido a su alrededor tratando de entender lo que estaba pasando, pero no lograba comprenderlo del todo. Estaba desconcertado, con un zumbido muy molesto en sus oídos. De repente se abrió la puerta de la habitación y entró un hombre flaco y pálido, de cabello entrecano, mal afeitado, con un guardapolvo blanco muy largo y unos pequeños lentes circulares.

Médico: Ya se despertó. Muy bien – dijo como pensando en voz alta – Buenos días Señor

Sergio ¿Quiere desayunar?

Sergio: ¿Dónde estoy?

Médico: Está en el Hospital General de  Simferópol. Tuvo un accidente en la calle.

Sergio: ¿Qué me pasó?

Médico: Cruzo mal en una esquina y lo atropello un auto. Tuvo mucha suerte, la mayoría de las personas que tienen este tipo de accidente no cuentan la historia. Usted tiene un Dios aparte.

Sergio: No me acuerdo del accidente, en realidad no me acuerdo de nada.

Médico: Su cabeza golpeó contra el parabrisas del auto, fue un golpe muy fuerte. Le hicimos una tomografía computada y hemos detectado una inflamación en la corteza cerebral. Es probable que tenga una amnesia temporal, no debería durarle más que un par de días.

Sergio: No recuerdo nada, ni familia, ni amigos ¡ni quien soy! Nada de nada.

Médico: No se angustie señor Cano – el medico se acomodó sus lentes y empezó a caminar alrededor de la cama leyendo algo que llevaba en la mano, una especie de carpeta – Su nombre es Sergio Cano, su cedula de identidad estaba en su billetera. Esta amnesia es algo temporal.

El médico caminó hacia una silla que estaba en un rincón de la habitación. Tomó un pequeño bolso de dónde sacó un cuaderno de tapas negras.

Médico: Llevaba esta mochila con usted. Entre los objetos de esta mochila hemos encontrado un diario personal que no hemos leído, a pesar que en estas circunstancias es necesario saber todo lo que podamos del paciente. No hemos querido invadir su privacidad. Le dejo el diario para que vaya refrescando un poco su memoria y mientras tanto le digo a la enfermera que le traiga el desayuno. ¡Relájese señor Cano! – Decía mientras apoyaba su mano sobre el hombro de Sergio – esto es cosa de un par de días. A la tarde lo vuelvo a ver, hasta luego.

Lo primero que pensó Sergio fue: “Un diario ¿Quién mierda escribe un diario hoy en día? Soy un pelotudo”. De cualquier manera la situación en la que se encontraba hacía que ese pequeño diario fuera lo único capaz de darle alguna respuesta, poder entender porque estaba tirado en una habitación de hospital con la cabeza partida. La angustia llegó a su cuerpo en forma de un frio repentino. Sergio necesitaba leer ese diario para encontrar alivio a su malestar o por lo menos entender lo que había pasado. La búsqueda de la verdad, el sagrado grial de cualquier ser humano.

 

Querido Diario                                                                                                                              

Hoy empiezo a escribirte por una necesidad intolerable de expresar lo que siento. Hoy he perdido mi trabajo y cuando se lo he contado a mi Señora, se enfureció y se fue de casa. Se rajó con los chicos a la casa de sus padres.

Según ella con vagos no puede vivir, pero lo mío no es vagancia, no es mi culpa que las empresas hagan estos ajustes inhumanos, dejando a empleados con años de trabaja en la calle para poder mantener los altos niveles de ganancias que pretenden tener. O quizás los hacen solo para sobrevivir en este país donde los políticos de mierda que tenemos, solo piensan en llevar plata a sus bolsillos, mediante retornos y coimas, hundiéndonos a todos en crisis personales como las que vivo. Donde la humillación de no tener trabajo, no poder pagar tus cuentas y no poder mantener a tu familia, se vuelve insoportable. ¡No sé qué voy a hacer!

 

Querido Diario                                                                                                               

¿Qué es la felicidad? ¿Dónde se la encuentra? ¿Quién la tiene? ¿Quién lo es?

Yo no sé qué es la felicidad.

Así como la oscuridad es la ausencia de luz, la felicidad podría ser la ausencia de dolor. Pero todo nos duele. Los males que el hombre infringe a sus congéneres son inagotables. Todos nos lastiman, hasta la naturaleza misma.

¿Cómo podemos ser felices si el dolor está asegurado? Quizás debamos pensar alguna forma de transformar ese dolor en otra cosa, en alguna especie de aprendizaje. Deberíamos recibir el dolor de otra manera, amigarnos con él, ser su compañero. Si el dolor es una forma de aprendizaje, entonces la alegría puede venir del hecho que estamos acercándonos a algún conocimiento elevado, a alguna verdad universal.

Pienso esto y no le encuentro demasiado sentido. Alguien alguna vez dijo algo de amar a tu enemigo ¿Cómo? Quizás de la misma manera que recibiendo al dolor con alegría. Quizás en la humildad de reconocer que somos seres desprotegidos, mortales, débiles, frágiles, inconscientes, soberbios, irresponsables. Que mezcla más extraña. Nuestra naturaleza es omnipotente y autodestructiva por antonomasia.

Un ser que todo lo destruye crea las obras más sentidas, emotivas, delicadas.

La oscuridad y la luz juntas. La presencia y la ausencia.

El suicidio es una posibilidad.

 

Sergio cerró el diario tembloroso, pálido. Lo que había leído lo había conmocionado – ¡La puta madre, me quise suicidar! – pensó. Esa habitación parecía más vacía, más fría, todo parecía un mal sueño. La puerta de la habitación se abrió tímidamente y por el pequeño espacio que quedó abierto, introdujo la cabeza un hombre alto, de tez oscura, bigotes y gorra azul, similar a las gorras de los policías de los años 30.

Hombre: Permiso señor Sergio. Buenos días.

Sergio: Buenas ¿Y usted quién es?

Hombre: Soy su chofer señor Sergio. No se haga problema, solo voy a estar un segundo, el doctor me pidió que no me demorara. Sus colegas y empleados ya están al tanto de lo que pasó. Solo vine a traerle los diarios como todas las mañanas y desearle que se mejore. Hasta luego señor Sergio.

Sergio: Chau.

Sergio levantó la mano despidiendo a su chofer mientras este se retiraba de la habitación.

Sergio: ¿Chofer? ¿Colegas y Empleados? La mierda, debo ser un tipo importante.

Esta visita le cambió un poco el humor. Presuroso continuó la lectura del diario.

Querido Diario

Mi situación es desesperante. He frecuentado a la mayoría de las Iglesias de la ciudad. También he visitado mezquitas, sinagogas y parroquias evangelistas. No encontré alivio en ninguno de ellos, solo un sosiego temporal que rápidamente se desvanecía frente a la dura realidad del desempleo.

Busco todos los días trabajo y no lo consigo. La situación está cada vez más difícil. En las distintas entrevistas que he tenido me he encontrado con antiguos compañeros de trabajo. Al principio me alegraba de verlos, porque eran como una familia para mí, pero rápidamente caía en cuenta de que ellos también habían sido despedidos y se encontraban en mi misma situación. A medida que mi cabeza procesaba esta información la alegría del encuentro se transformaba en bronca, por saber que ellos habían corrido con mi misma suerte y luego la bronca se transformaba en resquemor ya que ahora se habían convertido en una competencia más a la hora de conseguir un puesto de trabajo. Esto es una mierda. Estoy pensando seriamente en irme del país. Por la falta de laburo y además porque mi esposa ya ha encontrado una nueva pareja, alguien con “trabajo”.

Qué vida de mierda.

 

Querido Diario

Sigo sin trabajo. Empecé ya mi recorrido por los manosantas y sensitivos. Lo hice con total convicción, esperando una sincera ayuda, pero eso no ha ocurrido. Los he descubierto dándome consejos que después los encontré en tuhoroscopo.com. Ya tengo un bloque de cemento y una soga, si la cosa empeora, busco una viga y termino con esto.

 

Querido Diario

En una de mis tantas noches de desvelo, me quede mirando la programación del canal 5 hasta que termino y empezó  un programa que en un principio me pareció de autoayuda. Se llamaba “Pare de Sufrir” y lo bancaba la Iglesia Universal. Al principio, ingenuamente lo miré para ver si me podía brindar alguna ayuda espiritual porque en verdad la estaba necesitando, estaba desesperado, Pero poco a poco, a medida que avanzaba la programación paga, me fue develada una fuente de trabajo maravillosa. Y no fue precisamente gracias a una intervención divina por parte de la Iglesia, si no que la respuesta era la iglesia misma.

Entendí el gran negocio que implicaba esto de la Iglesia Universal. Al principio miraba el programa con un nivel de ingenuidad abismal, quizás porque en algún punto esperaba que este programa me sacara de este estado depresivo en el que me encuentro. Pero poco a poco pude ir descubriendo la verdadera trama de lo que estaba frente a mis ojos. Los patrones quedaron muy claros una vez que los pude identificar. Entendí que debía hacer para llegar al éxito en la carrera eclesiástica.

Algunos argumentos de los testimonios eran los siguientes. Primero: mi marido me pega y chupa, gracias a la iglesia ya no chupa y no me pega y encima saqué la quiniela. Segundo: mi marido me pega, chupa y timbea, gracias a la Iglesia ya no me pega, no chupa y no timbea, encima sacamos la lotería. Tercero: fuimos a un mentalista y no logró nada, pero con la ayuda de la iglesia logramos un cambió.

El mensaje era realmente claro y primario. No busques a mentalistas, sanadores, manosantas. La solución es la Iglesia Universal. Todas tus adicciones las solucionamos por el mismo precio y encima te vamos a hacer ganar dinero.

Los números cerraban fácilmente. Si dejaban de chupar y timbear, plata no les iba a faltar y si sus esposas se comían una cagada de cuando en cuando no iba a haber problema porque mientras el dinero fluía todo lo demás era negociable. Hace tiempo había  escuchado la máxima: “lo importante es el dinero, las cagadas van y vienen”

 

Querido diario:

¡Gran noticia! he llegado a uno de los templos de la Iglesia Universal y he charlado con uno de los pastores. Le conté que estoy en la lona y que de alguna forma entiendo su rebusque. Le dije que no los juzgaba, que me parece acertado el enfoque. Seamos realistas, esto es él Titanic y lo que cada uno haga para mantenerse a flote es cosa de cada uno.

El pastor termino por entender mis palabras y de alguno forma se abrió ante mí. Le dije que quería ser pastor, que soy bueno para los idiomas y que el portugués lo puedo aprender fácil. Se rio y me dijo “pibe, tenés que empezar de abajo” y me ofreció hacer alguno de los testimonios.

Si lo hacía, lo quería hacer con todo el circo, así que me ofrecí para ser el tullido que camina.

 

Querido diario:

Hoy hice mi primera performance en la Iglesia. Fue para un Oscar, entré en mi silla de ruedas con cara de pocos amigos, de una apatía e incredulidad absoluta; me llevaron hasta el escenario y el pastor de turno me dijo “Levanta os ánimos, usted melhora hoje, caminha caminha CAMINHAA” y el turro me pego un tirón de los brazos que me hizo sonar todas las vértebras.

La verdad que estuvo muy bien porque muchos escucharon el ruido de mi espalda y se impresionaron. Después de eso empecé a dar unos pasos temblorosos hasta que me pareció prudente empezar a caminar. Gritaba como loco “¡lo hizo! ¡Camino! ¡Después de veinte años en esa silla, camino!”

Mi actuación fue sumamente convincente. Las viejitas lloraban a lo loco; en lo que pasaba corriendo entre los feligreses logré ver a un tipo con una cara a lo Chuck Norris, lagrimeando, haciendo puchero el muy maricón. Ahí me di cuenta que fui un bombazo, un éxito arrollador. Todos cantamos, gritamos y lloramos por unos 40 minutos. Cómo habré estado de bien, que pidió verme el pastor general de la diócesis barrial para charlar conmigo. Me ofrecieron repetirlo en otras delegaciones, pero uno debe saber retirarse mientras gana y me puse firme en decir que no. He dado, valga la redundancia, mi primer gran paso y no voy a dejar que me usen indefinidamente. Quiero ser pastor y se lo voy a plantear al delegado regional.

 

Querido diario:

Soy pastor. Hoy oficie mi primera reunión pastoral. Todo salió muy bien. La recaudación fue estándar.

 

Nuevamente Sergio cerro su diario, lo tiró en la cama y se tomó la cabeza con una mano.

Sergio: ¡Soy un garca de mierda! No te lo puedo creer. Como puedo haber caído tan bajo de jugar con la fe de la gente, soy un hijo de mil puta.

Se abrió la puerta de la habitación y entró una adolescente hermosa. Su frescura cambió el aire de la habitación, su pelo rubio amplificaba la luz, de pronto todo era alegría y vida.

Adolescente: Hola papi.

Sergio: Hola nena ¿sos mi hija?

La adolescente se frenó repentinamente junto a la cama y lo miró extrañada.

Adolescente: ¡La boca se te haga a un lado! Parece que es verdad papi, que no te acordas de nada. Soy tu Barbie ¿te acordas? ¿De cuando me hacías disfrazar de colegiala? ¿De cuándo hacías de Ken? ¿De las fiestitas tampoco te acordas?

Sergio: Heee no.

Adolescente: Jajaja, papi papi ya te vas a poner bien y vamos a volver a las fiestitas ¿Si? Vos sabes lo mucho que me gustan. Siempre me dijiste que era una fiestera. ¿Te acordas?

Sergio: No, pero si lo decía debía de ser así.

Adolescente: Si papi. Te dejo así descansas. ¿Queres que te traiga algo? ¿Un poco de polvito de ángel?

Sergio: ¿Polvo de ángel?

Adolescente: ¡Uf papi! El accidente te volvió un saturron. No te creo. Mejor me voy, el doctor me dijo que no me quedara mucho tiempo porque tenés que descansar.

La adolescente se movió rápidamente hacia Sergio y lo besó en la boca. Un beso imprudente para esa hora de la mañana.

Adolescente: Chau.

Sergio trató de descifrar lo que acababa de pasar con la Adolescente y especialmente lo de “polvo de ángel”. Supuso rápidamente que se trataba de droga. La muchacha por más bonita y joven que fuera no parecía una colegiala. Si parecía una groupie con conocimiento acabado de bandas de rock y drogas duras. Sergio ahora guiaba sus pensamientos hacia el físico de la muchacha. Sus piernas largas y bien trabajadas, sus grandes pechos apretados debajo de esa diminuta remera, su cola redondeada y carnosa. Una sonrisa empezó a dibujarse por primera vez en su rostro.

 

 

Segundo Acto

Sergio se despertó luego de una breve siesta. Repasó en su mente los pocos recuerdos que tenía. Estaban todavía ahí. Buscó su diario, lo toma entre sus manos y continuó la lectura

 

Querido diario:

¡Batimos record de recaudación! Fuimos los primeros en la zona sur de la ciudad.

Mandé a mi mano derecha con un bolso a que trajera champagne y whisky para festejar. Lo del bolso es para que los feligreses no se tienten y para cuidar un poco las formas. Qué lindo pedalin nos agarramos. Llamamos a unas putas de capital y organizamos un pijama party ¡La orgía estuvo tremenda! Carchábamos todo lo que se movía.

 

Querido diario:

Ya soy el delegado regional de la zona sud. Mi sacrificio y mis recaudaciones han dado sus frutos.

Le estoy agarrando el gustito a esto de ser pastor. Me he armado un esquema de trabajo para organizar las fiestitas con las feligresas, hasta tengo tabulada una planilla de Excel.  Analizo a las nuevas integrantes de la congregación, siempre las que están entre 16 y 20 años porque en esa edad están bastante loquitas. Les hago primero un trabajito mental, nada extravagante, livianito nomas, no necesitan más. Después las llevo a mi oficina del fondo que he equipado con sillones rebatibles y espejos en el techo. Con un poco de alcohol y drogas estas chicas se ponen muy lindas.

 

Querido diario:

He institucionalizado la iniciación de las chicas. Les llamo “La apertura de las puertas del cielo”. La única apertura que hay es de piernas. Algunos pastores que saben de qué se trata, quieren participar de estos rituales. ¡Ni en pedo! para eso me rompí el culo trabajando. Que se hagan de abajo como yo, que recauden la plata que yo recaudo y ahí vemos.

He terminado de instalar mi nueva iglesia en un pequeño local que he alquilado a un precio más que razonable. El arrendador se comprometió en dejarme el alquiler en un precio accesible una vez que le conté que iba a poner un negocio en el rubro de la espiritualidad. Parece que este hombre ha pasado por algunos malos momentos; su mirada y las cicatrices en sus antebrazos así lo demuestran.

Tuve que juntar plata para mis testimonios y pagarle a algún delincuente para que aparezca en silla de ruedas y se paré en medio de la congregación. Lo mismo con ciegos, sordos y mudos.

 

Querido diario:

Me estoy cogiendo a las feligresas más chicas. Conitos de dulce de leche.

Por ahí me aparece algún chabonsito con una cámara oculta tratando de cagarme el negocio. Generalmente son unos muchachos muy hambreados de algún canal de televisión que podemos comprar por poco dinero. Por ahora el negocio es seguro. Tengo que estar atento.

 

Querido diario:

Las sanaciones y las iniciaciones me llevan mucho dinero así que empezamos a hacer cosas más económicas, con un alto impacto entre los feligreses. Curamos empacho y paletilla, mal de ojo y culebrilla, cosas simples pero necesarias. Tenemos una viejita del campo que hace estas tareas por nosotros. Por supuesto que me niego a mermar la calidad de las iniciaciones o “aperturas” como me gusta decirles. Me gustan con todos los chiches. Juguetes, ropa, cámaras, alcohol y drogas. Tengo gran cariño por el Bobby, un perrito pekinés que le gusta mirar las fiestas. Lo pongo en un rincón de la habitación y él mira con avidez todo lo que hacemos. El de las sombras de Grey es un pelotudo.

Una de las chicas que me fifaba quiso hablar con la prensa. Es una piba de 16 años, de pelo negro muy largo y lacio, muy bonita. Me enteré por otra de confianza que participa de los rituales de iniciación. Le conseguí por medio de un contacto que fuera bailarina en un programa de cumbia. Esta tranquila y con la boca cerrada. Tengo que seguirla de cerca.

 

Querido diario:

Las fiestas sexuales se volvieron cosa de todos los días. A mí no me gusta hacerlo con más de tres por razones obvias. Mis juegos preferidos son “El lazo Malayo”, “La caída del Emperador” y “El Escuzex-moi”. Grey es un boludo.

 

Querido diario:

Me llamó mi contador muy enojado diciendo que estoy al borde de la quiebra. Me dijo que estoy quemando muchísima plata en alcohol, viagra  y juguetes sexuales y mi capital está menguando considerablemente. Sabía que estaba pasado un poco de rosca el día en que, después de una borrachera de antología, amanecí en mi cama con un travesti, un enano y un mormón. El Bobby se había orinado en su rincón de la habitación. Fue demasiado. Aunque todavía pienso que fue una buena compra la del toro mecánico.

 

Querido Diario

Hoy aparecieron por la parroquia los hijos de mil putas de la AFIP. Esos coimeros de mierda se llevaron todo. Los contratos, computadoras, recibos, facturas, todo. Estoy hasta las pelotas. Encima hablé con mi contador y me dijo que estoy en la bancarrota, según él hace tiempo que vengo gastando plata a lo loco y esto era inevitable. Dice que me venía avisando y no le daba bola. Este es otro hijo de mil putas. En cuanto tenga una mínima oportunidad lo hago bosta.

No me queda otra alternativa que sacar prestada plata de El Conde para pagar las coimas a los de la AFIP y seguir adelante, si no lo hago me cierran la iglesia y se me viene la noche.

Lo último que quiero es deberle plata a alguien como El Conde, pero no tengo más alternativas.

El tipo es un personaje oscuro, que aparenta tener códigos, por lo menos los tuvo todo este tiempo que me vendió drogas. Me llego a fiar hasta 10.000 pesos en falopa. Por supuesto que se lo pagué como corresponde. Además me hizo una gauchada con un flaquito que pille robando plata de la iglesia y en un rapto de ira lo magulle feo con una estatua. Quedó tirado en el piso tiritando, como con convulsiones. El me solucionó el problema. No sé si alguna vez apareció el flaco.

Sergio cerró nerviosamente el diario. Su garganta estaba seca, muy seca. Acercó a sus labios un vaso con agua que estaba sobre una mesa movible que le quedaba justo por arriba de las piernas. Tomó un sorbo. El vaso temblaba en su mano.

Entraron tres hombres a la habitación, ambos con aspectos sospechosos y muy fornidos, parecía que la ropa les quedaba chica. Miraron para todos lados y se pusieron al lado del marco de la puerta. Después entro un hombre pequeño, de traje, con una cara horrible. Sergio se puso muy nervioso. Intuía que estos tipos no traían buenas intenciones.

Sergio: Muchachos, estoy seguro que todo es un mal entendido, todo se puede solucionar.

Hombre pequeño: Ya no hay nada por solucionar.

Se hizo un profundo silencio en la habitación. Sergio bajó la mirada mientras el hombre pequeño de traje se acercaba a la cama.

Hombre pequeño: Ya está todo hecho. El Rey ha muerto.

El hombre se paró al lado de Sergio y tomo su mano derecha. La levantó y la beso.

Hombre pequeño: ¡VIVA EL REY!

Los tres monstruos que estaban parados en la puerta empezaron a aplaudir y se acercaron hasta la cama. Cada uno fue tomando la mano de Sergio y diciendo “Viva el Rey” y la besaban. Cuando terminaron el hombrecito de traje volvió a hablar.

Hombre pequeño: Señor Sergio: ¿Qué necesita?

Sergio vacilo un minuto.

Sergio: Ehm. Nada.

Hombre pequeño: Bueno, cualquier cosa nos avisa. Aquí va a quedar Fermín en la puerta custodiándolo. Si necesita algo se lo pide a él.

El hombrecito se cuadró e inclino su torso levemente hacia adelante.

Hombre pequeño: Hasta luego señor Sergio.

Salieron. Fermín se paró afuera de la habitación, a un costado. Como un patovica en la puerta de un boliche.

Sergio estaba atónito, con la boca entreabierta. No entendía nada de lo que acababa de pasar pero sabía dónde buscar respuestas. Retomó el diario.

 

Querido diario:

Soy cada vez más amigo del Conde. Todos los días viene a mi Iglesia y organizamos algo. Una picadita, un asado o una fiestita. El conde está con los pibes, los prefiere a las minitas. Según él las minitas son un clavo. A cada cual su instrumento, diría el director de orquesta. Aquí en la Iglesia lo malcrió un poco al Conde. ¡Lo quiero mucho al hijo de puta!

 

Querido Diario:

Los días pasan sin demasiado sobresalto. La tormenta económica va pasando. Las tardes me gusta pasarlas con el Conde jugando a las cartas y tomando unos tragos. Por ahí viene con unos amigos y armamos una partida de póker o un pase inglés. Me conseguí un dado cargado y les paso el trapo a todos. Anoche en un par de tiradas del dado le saque a todos 5000 pesos, al Conde en cambio, por ambicioso, le gané 30000 pesos. Se fue muy caliente. En otro momento me hubiera cagado un poco de miedo, pero ya tengo confianza con el Conde, no va a hacer nada. Es copado.

 

Querido diario:

El Conde me cagó. El muy hijo de puta me tiró la cana encima. Parece que mató a un flaco y le dijo a la gorra que tenía que ver conmigo, la cuestión es que los tengo dando vueltas por la Iglesia todo el día, revisando cámaras, charlando con vecinos. Me tienen las bolas al plato.

 

Querido diario

Estoy pergeñando un complicado plan para cagarlo al Conde. Llegamos al punto donde es él o yo. Así que las cosas ya están rodando. El me llevó a este extremo, me arrinconó y no se arrincona a una fiera. No sin esperar que te arañe la cara.

Jaque Mate Conde y la concha de tu hermana.

Sergio alejo la mirada del diario, medito unos segundos y lanzó una estrepitosa carcajada.

Sergio: Jajaja. Listo, soy el nuevo poronga de la zona. Jajaja. Ahora todos me chupan bien la pija.

Sergio miró hacía la puerta y pudo ver la silueta del guardaespaldas que habían dejado los maleantes para su custodia. Se acomodó en la cama y en su rostro se dibujó un gesto de satisfacción y omnipotencia. Todo en él ahora parecía grandioso. Se puso más derecho en su cama, dejó el diario en la mesita de noche y acomodo las sabanas meticulosamente.

Se abrió la puerta y entró un tipo alto, con grandes hombros, rubio y de barba tupida. Se acercó sonriendo a la cama de Sergio. Este lo miró despectivamente, como un oficial de alto rango mira a un colimba. Sin mediar palabra le dio un beso en la boca. Sergio se retorció en la cama al sentir la lengua del visitante en su boca, pero el gigante de barba lo tenía bien agarrado por los hombros.

Sergio: ¡La puta que te pario! – dijo, pasándose la mano por la boca

Barbado: Holis

Sergio: ¡Que carajo te pasa! ¿Porque hiciste eso?

Barbado: Hay tonta, que malhumorada que estas. ¿Qué te pasa?

Sergio torció su cuerpo esquivando el cuerpo del barbudo que le obstruía la visión de la puerta

Sergio: ¡Fermín!

El guardaespaldas se dio media vuelta y los miro por el pequeño ventiluz de la puerta, esbozó una  sonrisa y nuevamente se puso de espaldas a la habitación, como si hubiera visto alguna escena conocida.

Barbado: Mira, no sé qué bicho te pico, pero se lo voy a atribuir al estrés post traumático. Me voy, pero fíjate en ese diario de mierda que tenes ahí, que dice de Pepona. Chau maricón.

Sergio: ¡Raja de acá! ¡Raja! – dijo, mientras señalaba la puerta.

El barbado salió de la habitación. Sergio abrió desesperadamente el diario y con rapidez de superhéroe volvió a leer.

 

Querido diario:

……. Hoy conocí a un señor que se hace llamar “Pepona”……..fachero el trolo, si no fuera por la barba….

 

Querido diario:

….. Pepona me hizo cagar de risa……

 

Querido diario:

…. Pepona es muy ocurrente….

 

Querido diario:

….es inteligente este Pepona …

 

Querido diario:

… y cuando estábamos en el bote con Pepona viendo el atardecer….

 

Sergio estampilló el diario contra la pared.

Sergio: ¡Soy puto! ¡ME ROMPIERON EL ORTO!

Sergio cubrió su rostro con sus manos y estalló en llanto.

Las luces de la habitación empiezan a apagarse lentamente. El escenario queda en penumbras. Entra Darth Vader desde un costado seguido por un spot de luz. Se para en el centro de la habitación mirando al público.

Darth Vader: Niños, la secuencia de eventos que acaban de presenciar, demuestra que el crimen no paga. Luchen con todas sus fuerzas contra las tentaciones del maligno, en este caso, YO. Coman sus cereales, tomen su leche y manténgase alejados de las drogas.

Darth Vader saca un pañuelo, lo revolea por el aire un par de veces de arriba a abajo y luego de gritar “hop”, aparece una paloma en su mano derecha. Se escuchan aplausos. La deja volar y esta se dirige al público. Vader saca un rifle de aire comprimido de entre sus ropas y dispara contra la paloma. El balín le da en el medio de las alas y explota. En lugar de sangre, de su interior salen cientos de cigarrillos como si hubieran roto una piñata gigante. Los niños gritan de alegría.

Darth Vader: Los veo en el infierno ¡A revoi!

Estallan aplausos y gritos histéricos del público.

 

Epilogo 1

Sergio se sentía apesadumbrado, decaído, miraba a un punto fijo en la pared. De pronto se abre la puerta de la habitación y entra un niño pequeño, de cabello enrulado.

Niño: ¡Papiii!

Sergio no necesito consultar su diario para entender lo que pasaba en su pecho. Lo abrazo al niño calurosamente y las lágrimas empezaron a caer por sus mejillas. Sabía que ese era el amor de su vida.

Epilogo 2

Sergio se sentía apesadumbrado, decaído, miraba a un punto fijo en la pared. De pronto se abre la puerta de la habitación y entra la Adolescente hermosa llorando.

Adolescente: ¡Papiii!

Sergio no necesito consultar su diario para entender lo que pasaba en su entrepierna. La abrazo a la Adolescente hermosa calurosamente y las lágrimas empezaron a caer por sus mejillas. Sabía que se comía un conito de dulce de leche.

Epilogo 3

Sergio se sentía apesadumbrado, decaído, miraba a un punto fijo en la pared. De pronto se abre la puerta de la habitación y entra Pepona llorando.

Pepona: ¡Papiii!

Sergio no necesito consultar su diario para entender lo que pasaba en su estómago. Lo abrazo a Pepona calurosamente y las lágrimas empezaron a caer por sus mejillas. Sabía que le habían roto el culo.

MARIANO ARGERICH

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